28 marzo, 2011

La libertad condicional.


Hecho ya un introito de lo que pensamos respecto al individuo que viola la ley, vayamos a conocer el mundo que lo rodea, cuando, ya impuesta la Sentencia, y en proceso de cumplimiento, recibe el beneficio de la libertad condicional. En qué consiste la libertad condicional ? La libertad condicional es un beneficio que se concede a los condenados por determinado delito, una vez que han cumplido parte de la condena, y que hayan observado diversos recaudos que hacen a su concesión, tales como buena conducta, cumplimiento de normas de inspección, no comisión de nuevos delitos, etc.

Asimismo, y para verificar estas pautas el Estado instituye el "Patronato de Liberados".De esta forma el individuo tiene la posibilidad de comenzar su reinserción social.

Pero lo paradógico es que los liberados estaban resignados a un destino marcado, y lo que es peor muchas veces se sienten "condenados a la libertad". Cómo no sentir esa sensación, si el mundo de libertad que se les ofrece, es tan distinto al que dejaron uno o más años atrás?.

Ya quizás no existan la familia, o la pareja , o los amigos, o el Club al que concurría...

Se enteran que el mundo de la ,libertad es hostil, y se sienten acorralados, asfixiados.

Muchos liberados nos han confesado, que estos son los momentos más difíciles de superar, y en los que más de una vez quisieron volver a prisión. Sí,volver a prisión ! donde había un tiempo para dormir, para levantarse, para asearse, para comer, para llorar...

Su vida estaba pautada... puntualmente pautado.

Se habían habituado a un régimen estricto, obligatorio, reglamentado, que le modificó sus hábitos, sus costumbres, sus tiempos biológigos...

De pronto recupera el bien mas preciado: la libertad, y aquí comienza otra historia...

Una historia que merece ser conocida en profundidad, en su dolores, su estricta y lamentable realidad. De allí el título de nuestra obra: "Libertad condicional, o condenados a la libertad?

Y damos fé de ello, por nuestro contacto con los liberados.

La libertad es asumida como una carga pesada, y no como lo que es: el máximo bien del hombre, el que lo hace dueño de su destino.

Generalmente, superados los trámites burocráticos, el liberado abandona la prisión, en horas de la noche, desconociendo muchas veces la forma de regresar a su casa, y si no la tiene, ha olvidado su barrio ,sus viejos hábitos...

Quiza haya cambiado el sistema monetario, las modas, y hasta el tiempo le parece distinto.

Las oportunidades laborales desaparecen como por encanto , cuando se enteran de su pasado, y muchas veces el instrumento delator es el documento de identidad, con la lapidaria identificación de su último lugar de residencia (la prisión).

De pronto deben acostumbrase a pautas muy distintas a las de su encierro. Su desorientación es tal que les hace sentir a la libertad como una carga y no como un estado de felicidad .

Sin volver la vista atrás, donde quedó el dolor y la angustia, enfrenta un mundo nuevo , distinto al que dejó y, lamentablemente, un mundo que tal vez no lo quiera recibir ni le de la oportunidad de rehabilitarse...

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(continuará)