01 octubre, 2009

No hay mal que por bien no venga

Hay veces que necesitamos andar mal para reconocer los errores y cambiar.
Para lograr los cambios profundos y vitales a veces es necesario "tocar fondo"
La intrascendencia y la ambigüedad dejan escapar la posibilidades que se nos ofrecen.
Los grandes sucesos, generalmente se dan luego de grandes conflictos.
Uno provoca al otro, cuanto mas profundo es el descenso, mayor debe ser la voluntad de superarse.
En la ambigüedad, nada cambia , pero como sabemos, la crisis es una oportunidad y la caida una posibilidad de erguirse firmemente luego de haber transitado trastabillando por mucho tiempo.
La caida puede operar como un resorte para buscar nuevos y ambiciosos horizontes.
Como tantas veces se ha dicho , la corriente superficial de un río puede ir en una dirección, que por debajo una potente correntada comienza a gestarse en sentido opuesto...
No debemos caer en la desesperanza, y así como sostenemos "al mal tiempo, buena cara", también debemos apoyarnos en la potencia del ser humano de sobreponersea los embates de la vida y desde la caidas mas profundas, buscar con todo empeño nuevamente la luz del sol, pensando simplemente que "no hay mal que por bien no venga", pues a veces Dios escribe derecho con líneas torcidas...
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Rodolfo