07 noviembre, 2006

La culpa

Me propusieron hablar sobre la culpa como un pecado capital, y aunque me parece novedosa la concepciòn pecaminosa de la culpa, entiendo, que no cabe en la doctrina cristiana la culpa en sì como pecado, sino que el pecado consiste en el obrar dañoso que afecta al sentimiento o los bienes de los demás, o sea la comisiòn del acto por el cual nos sentimos culpables.
La Biblia dice acerca de la culpa:" Venid, pues, y razonemos juntos, aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve seràn emblanquecidos.Aunque sean rojos como el carmesì, vendràn a ser como blanca lana"

Se dice que cuando una persona se siente culpable tiende a obligarse a agradar a Dios. Y ello es asì porque la culpa lo ata al pasado , y por mas que la voluntad de Dios o el hombre lo ha perdonado, no lo siente asì.
No obstante ello, sabemos que la culpa en un sentimiento que frecuentemente habita el alma de las personas con tendencia a la depresiòn, y mas aùn habita en muchos de nosotros producto de nuestra debilidad espiritual, cayendo frecuentemente en la culpa neuròtica ,consecuencia de un estado inmaduro de nuestra conciencia.
Asì entendida, es un disturbio psicológico que aparece vinculado a un rígido esquema de valores. Muchas personas llegan a sostener que esa "culpa", es causante de sus fracasos , o de su depresión psicòtica
Mucho tiene que ver en la sensación de culpabilidad o el sentimiento de culpa, algunas experiencias de la niñez o la estructura moral que el individuo se crea.
A partir de allí muchas de nuestras actitudes nos generan sentimientos de culpa , remordimiento y un arrepentimiento de algo que quizá ni siquiera hicimos.
Todo como consecuencia de la valoración moral, de nuestros actos, con que a veces nos flagelamos, absorbiendo errores propios y ajenos y juzgàndonos con una severidad que nos lastima.
Desde este punto de vista, podrìamos hablar de pecado, en tanto es una agresiòn contra uno mismo, y como tal contra una criatura de la creaciòn
Es que nuestro propio juicio moral nos condena, a la angustia permanente de la culpa
Esta sensación es muy diferente a lo que en derecho se entiende como obrar culposo, que es el de aquella persona que causó un daño pudiendo haber previsto el resultado, pese a que no quería dañar.

O del obrar "doloso", en que el sujeto tiene la voluntad consciente, encaminada a perpetrar un acto dañino.
La esencia de la culpa radica, allì, en la inobservancia voluntaria de normas o costumbres que imponen al hombre vivir con prudencia y diligencia.
Como tal la culpa merece el reproche legal o social
En la antigüedad no se daba mucha trascendencia , y la Biblia era benigna en la consideración de las consecuencias de la ignorancia y el error.
Fue con el derecho romano clásico que recién se estableció la figura de la culpa aquiliana, ( figura delictuosa por la falta de diligencia) y las figuras de culpa "lata, leve, y levísima"
En el derecho canónico, con la máxima "voluntas spectur, no exitus", se prestò mas atención al "animus" o sea a la voluntad consciente de dañar, que al "exitus", o sea el daño causado.
Mas tarde se empezó a tomar en consideración la figura del delito culposo, como hasta nuestros días.
Pero , como decíamos, fuera del ámbito del derecho, debemos abordar el tema de la culpa desde otra perspectiva, la psicològica.

La culpa neurótica es un disturbio psicológico de la persona.
En muchas ocasiones, es el resultado de un sistema rígido de valores o como dijimos un producto de la inmadurez.
Vemos asì, la culpa, como una "forma de comportamiento". Una posiciòn asumida e internalizada que observa las actitudes propias como inmodificables y que cargan en su conciencia agobiàndolo.
Esta conducta mortifica y lastima la conciencia, y puede llevar a la depresiòn reactiva.
Es importante , entonces, valorar las actitudes escogidas, pese a que no sean del agrado de los demás.
No asumir situaciones de otros, como producto de nuestras acciones u omisiones.
Controlar ese sentimiento para evitar vivir culpable eternamente.
Liberarse de la culpa es abrir la ventana a la paz del espìritu. Una afirmaciòn de nuestro "yo". Desactivado el mecanismo de la culpa, seremos verdaderamente libres de quienes nos manipulan y nos manejan muchas veces la vida, abusàndose de nuestra debilidad
Asimismo desaparecerá el remordimiento y el temor de actuar.
Debemos tomar conciencia de nuestras limitaciones, obrar con prudencia y diligencia, pero no exagerar en el juzgamientos de nuestros actos y decisiones.
Si bien, es importante no repetir los errores, el pasado no puede ser un obstáculo para nuestro crecimiento y una carga perpetua para nuestra conciencia .
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Rodolfo 11-06