14 noviembre, 2005

EL REGRESO AL HOGAR

Hoy les propongo que reflexionemos sobre el regreso al hogar de un individuo que pasó por el duro trance de perder la libertad.
Superado el momento de abandonar la prisión, entre muchísmas dudas e incertidumbres, una cruel angustia se apodera del liberado: encontraré a mi familia?.
Cómo me recibirán? (muchas veces no han sido visitados en meses o años).
Cómo encontraré el barrio... los vecinos ?.
Podré trabajar en el taller, o la oficina con mis viejos compañeros?
Y aquí se engendra, muchas veces, el gérmen de la reincidencia.
Aquí este individuo comienza a tomar conciencia que esta sólo, que sus amigos murieron, o "no aparecen".
Que su novia se casó con el muchacho de la farmacia; que el mundo de la libertad es hostil, y se siente acorralado, asfixiado.
Muchos liberados nos han confesado, que estos son los momentos más difíciles de superar, y en los que más de una vez quisieron volver a prisión. Sí, volver a prisión, donde había un tiempo para dormir, para levantarse, para asearse, para comer, para llorar...
Su vida estaba pautada, puntualmente pautada, y ahora se sienten solos, abandonados a su suerte, y con el estigma de "ex presidiario".
Quien me va a aceptar como empleado u operario cuando sepan mis antecedentes?
Quien va a querer ser mi pareja,cuando se enteren de mi pasado ?
Quien no va a desconfiar de mí, cuando en el barrio ocurra algún asalto o robo ?
Estos y muchos interrogantes mas nos plantearon muchas veces, y lo lamentable es que nuestra sociedad y nuestras instituciones no están adecuadamente preparadas para contener y reencausar al liberado.
Que jefe de personal va a preferir para su empresa a un liberado , antes que a una persona sin antecedentes penales ?
Quien puede decir que no desconfía de un "ex presidiario" -como suele llamárselo- cuando ocurre un robo en la oficina, el taller o el barrio ?
Cuantas familias, les cierran las puertas sin siquiera oirlos.
Nuestra tarea , es entonces, no negar nuestra condición humana.Es cierto es muy difícil no ser desconfiado, temeroso, y muchas veces soberbio, pero no le cerremos laspuertas.
Debemos prepararnos para trabajar desde dentro mismo de las instituciones, para preparar al detenido, en tareas de preegreso, visitar su familia para mejorar la relación en vísperas del egreso, y sobre todo concientizar a la población para que entendamos que todos , absolutamente todos, merecemos una nueva oportunidad

R Natiello.(De Libertad Condicional o...)