Cuando la prevención es exagerada o abusiva se torna nociva.
Y es así cuando sobrestimamos todo dándole significados inquietantes a simples síntomas de pequeñas disfunciones.
Tanto en el ámbito familiar, social o laboral se dan estas situaciones que , distorsionadas por el pánico, la ignorancia o la enfermedad, provocan verdaderos pesares en la conducta .
Tal el caso del síndrome de Münchausen, término que introdujo en 1977 Roy Meadow , que hace referencia a "pacientes que presentan unas historias clínicas espectaculares, llenas de mentiras e invenciones, en un presumible intento de conseguir seguridad hospitalaria y atención médica", tomando el nombre del barón von Münchausen, un personaje fantasioso del siglo XVI que daba inusitado resalto a su proezas de soldado.
Se considera como un trastorno psicológico raro consistente en inventar en un menor dependiente , o fingir dolencias para llamar la atención , y ser tratado como un enfermo.
Se considera como un trastorno psicológico raro consistente en inventar en un menor dependiente , o fingir dolencias para llamar la atención , y ser tratado como un enfermo.
Sin duda, nos encontramos en un virtual caso de maltrato o abuso infantil.
Generalmente se observa en la figura de la madre joven y de bajo nivel socioeconómico, o de familias disfuncionales o de características ansiosas.
Su actitud es de absoluta colaboración con el personal requerido, aún más atención que con su propio niño...
Hay casos en que han llegado a falsificar historial clínico, aparentar fiebre frotando el termómetro, etc.
Se trata de un síndrome de difícil diagnóstico y en el que la valoración de la conducta materna es fundamental.
Obviamente hay que diferenciar la que lo hace para obtener ayuda personal de la que obra con necesidad compulsiva de engañar al médico.
Pero realizándose actualmente tantos congresos y talleres de prevención de la violencia familiar, de género y específicamente del maltrato a menores, no me parece ocioso resaltar este raro, pero vigente síndrome.
Se trata de un síndrome de difícil diagnóstico y en el que la valoración de la conducta materna es fundamental.
Obviamente hay que diferenciar la que lo hace para obtener ayuda personal de la que obra con necesidad compulsiva de engañar al médico.
Pero realizándose actualmente tantos congresos y talleres de prevención de la violencia familiar, de género y específicamente del maltrato a menores, no me parece ocioso resaltar este raro, pero vigente síndrome.
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Rodolfo