Un nuevo desafío científico nuevamente plantea el conflicto entre lo ético y moral con el progreso .
Decíamos que el progreso , para mal, o para bien, es inexorable. No somos una especie destinada a perdurar sin cambios, somos una especie en permanente evolución, tanto física como intelectualmente.
Ambas evoluciones son incontrastables, basta examinar nuestro pasado remoto, para advertir los enormes cambios que se fueron dando.
Que queda de aquella sociedad tribal y regida con normas tan distintas a las actuales?.
Que queda de las guerras de religión, de los sacrificios rituales en nombre de Dios?
A quien se le ocurriría hoy admitir la esclavitud y su explotación (aunque desgraciadamente se mantenga aún en muchas sociedades, presuntamente civilizadas).
Ya señalabamos lo inapropiado de negar los cambios y la evolución. En el caso de la clonación por más que resulte agraviante muchas veces el solo pensarlo, tenemos que prepararnos para asumirlo.
Lo importante es ir acompañando esa evolución y darle marcos de contención, para que no se obre en la clandestinidad, o en el ámbito de los secretos de Estado.
Ya tenemos experiencia, en el desarrollo de la energía atómica, como proyecto secreto de potencias en pugna, y desalentando a los países periféricos en su estudio , desarrollo y utilización.
Hoy este fenómeno aparece aparentemente controlado, y sus efectos tremendamente dañinos congelados.
Se ha logrado la utilización de ese enorme progreso con fines pacíficos y de bienestar para la humanidad, pero el manejo y su tecnología es patrimonio de poderosos.
En el ambito de la "Clonación", resistido en numerosos paises por los conflictos éticos que suscita, Inglaterra ya dió el primer paso clonando células embrionarias.
Y esta decisión fue tomada por su primer Ministro Tony Blair, quien pidió ratificación al Parlamento.
Así vemos como los paises centrales, abordan las innovaciones científicas de inmediato, y dejan los prejuicios y prohibiciones para sus satelites.
Aparentente, la finalidad perseguida tiene fines terapeúticos tales como extraer células de embriones humanos para tratar o curar enfermedades como el mal de Alzheimer.
Esto abre para la ciencia un infinito camino, sumamente dificil de controlar, y de pronóstico imprevisible.
Ian Wilmuy, "creador" de la célebre "Dolly", se congratuló con este paso, sin detenerse en las controversias, pero como precursor de la técnica y la investigación, prioirizó la investigación, por encima de reparos éticos.
Ese es un camino, no negar, sino acompañar y controlar el progreso para que no lesione la ética , pero jamas negarlo.
Es un riesgo el progreso que hay que transitar aunque algunas veces nos duela.
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Rodolfo
05-07
22 mayo, 2007
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