Comunmente sabemos como vive un detenido. Pasa primero por un largo proceso, obtiene "su condena" e ingresa a un mundo diferente, que tan bien narrara el Dr. Irurzun, en su libro "Sociedad Carcelaria".
Su grupo de pertenencia pasa a ser absolutamente otro; los valores que se priorizan cambian sustancialmente; la soledad y el miedo acosan, y debe reestructurar todo su esquema mental para poder subsistir, en un medio, donde debe demostrar "agallas" y ningún rasgo de debilidad. Donde la lealtad se defiende con la vida y todas las reglas de convivencia se modifican.
Fue trasplantado a un mundo distinto y se debe adaptar a él.
De sus privaciones generalmente de origen cambia a otro tipo de privaciones que lo atenazan y de las que no puede escapar.
Su grupo de pertenencia pasa a ser absolutamente otro; los valores que se priorizan cambian sustancialmente; la soledad y el miedo acosan, y debe reestructurar todo su esquema mental para poder subsistir, en un medio, donde debe demostrar "agallas" y ningún rasgo de debilidad. Donde la lealtad se defiende con la vida y todas las reglas de convivencia se modifican.
Fue trasplantado a un mundo distinto y se debe adaptar a él.
De sus privaciones generalmente de origen cambia a otro tipo de privaciones que lo atenazan y de las que no puede escapar.
Perdió tal vez lo más deseado...
la libertad...
Ahora sólo lo espera el paulatino desaliento, la espera ansiosa del fin de su condena y el temor ante un medio hostil.
La suerte está echada...
Nada volverá a ser igual...
.
Rodolfo
O recluso não deixa , efectivamente , de ser uma pessoa ... e isso deve ser tido em consideração.
ResponderBorrarMas casos existem que merecem , simplesmente prisão perpétua...e isto porque sou contra a pena de morte.
Abraço grande, meu amigo :)
Muy cierto amiga !!! Simplemente esbozo la sensación del condenado. Besos Sao
ResponderBorrarRealmente duro pero: Logran cambiar o expiar aunque sea en parte su actitud? Un enigma la mente humana y también las emociones. Saludos.
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