Que tristeza hay en mí, no pareces igual...
Eres otra Venecia mas fría y mas gris...
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Así comienza la bella canción de fondo de este blog y así también comienzo mi reflexión sobre la ley de Inmigración de la Comunidad Europea.
Que tristeza sin fin...
No pareces igual...
Y es cierto, produce enorme tristeza ver y tratar de entender las facetas del ser humano...
Naciones y pueblos destruidos por la fatalidad, la ambición , la codicia, el fanatismo, o lo que fuere , que ocasionalmente se encuentran hoy en una relativamente buena situación de riqueza, se olvidan que ayer tenían otra realidad.
Y se abroquelan...
Y cierran sus puertas.
Cualquiera que llegue al Archivo Histórico Nacional de Argentina o cualquier país de América verá fotos y crónicas de humildes inmigrantes europeos que huian del terror, del dolor, del hambre, de la miseria...
Y llegaban a nuestros puertos haciendo de avanzada algun pariente y lo recibíamos con los brazos abiertos...
No traían nada: ni tecnología, ni dinero, ni inversiones...
Sólo traían el desgarro de tener que alejarse de su tierra por el hambre y la guerra , pero con la frente alta y los brazos prestos para trabajar en estas tierras con la esperanza intacta...
No importa si eran ignorantes o ilustrados, si conocían o no el idioma, pero seguramente se entendieron con las palabras sin fonética del corazón .
Y los recibimos ...
Y los integramos...
Y conformamos comunidades sin odios xenófobos , ni altanerías de nuevo rico...
Son nuestros queridos abuelos inmigrantes que nunca , quizá , pudieron volver a su tierra: España, Italia, Portugal, Alemania, Francia, etc, etc.
Como el "el abuelo" que canta Alberto Córtez.
Hoy sus nietos, o bsinietos leemos con amargura que aquellos países le cierran la puerta a quienes ayer les entregaron el corazón...
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Que tristeza hay en mí, no...
No pareces igual...
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Rodolfo
06-08
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"¿Saben lo que es más duro que los reveses de la fortuna? La cruenta ingratitud del hombre."
Napoleón Bonaparte