"...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos... abajo la concurrencia sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... plegaria es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora... los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable..."
Así narraba José Marti (Corresponsal en Chicago del periodico "La Nación" de Buenos Aires), la ejecución el 11 de noviembre de 1887 de Albert Parsons (estadounidense, 39 años, periodista), August Spies (alemán, 31 años, periodista), Adolph Fischer (alemán, 30 años, periodista) y Georg Engel (alemán, 50 años, tipógrafo).Ya Louis Linng (alemán, 22 años, carpintero) se había suicidado antes en su propia celda, y a Michael Swabb (alemán, 33 años, tipógrafo) y Samuel Fielden (inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil) les fue conmutada la pena por cadena perpetua . En cuanto a Oscar Neebe (estadounidense, 36 años, vendedor) fue condenado a 15 años de trabajos forzados.Todos ellos acusados por el funesto incidente de mayo de 1886 en la Haymarket Square de Chicago en que, durante una manifestación contra la brutal represión de una reciente huelga una bomba provocó la muerte de varios policías, pese a que nunca se pudo descubrir al culpable de los atentados.
Como ocurre habitualmente se confunden momentos de conmemoración respetuosa con fiestas.
Y así ocurre en casi todos los países donde se "celebra" el Día del Trabajo, instituido por la Segunda Internacional en el año 1889.
En 1954, la Iglesia católica, bajo el mandato de Pío XII, apoyó tácitamente esta jornada proletaria, al declarar ese día como festividad de San José obrero.
Hoy a tantos años del memorable reclamo en muchos lugares del mundo el trabajo todavía no es considerado un derecho sino un privilegio.
No olvidemos el origen reivindicativo de este día , festejemos sí el poder tener aptitud y posibilidad de trabajar en condiciones dignas, pero no olvidemos a quienes carecen de él y continúan en su lucha.
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"Ubi Labor, ibi virtus" (donde existe el trabajo, allí está la virtud)
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Un abrazo fraterno a todos en este día.
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Rodolfo