En este siglo que iniciamos es imprescindible un cambio de mentalidad desde la libertad. No desde la imposición autoritaria y la fuerza o temor de las armas.
No podemos seguir atados a veteranos prejuicios que nos impiden modificar esquemas anquilosados por décadas o siglos , y que nos impiden asumir la modernidad con sus defectos y virtudes.
Nada es igual al siglo pasado. Todo cambió, y cambiará seguramente mas rápido en lo sucesivo.
El enorme caudal de conocimientos que nos atropellan día a día, no puede ser abordado en plenitud, si no variamos nuestros esquemas mentales, acostumbrados a cambios paulatinos que se daban con cuentagotas .
El conocimiento del genoma humano, su utilización, las enormes perspectivas de desarrollo en este ámbito, y las consecuencias que ello acarrea , nos deben advertir en lo arcaico del sostenimiento de algunos cuestionamientos que aún mantenemos
En el ámbito familiar, es donde más tenemos que estar preparados.
Ya no existe aquella familia tradicional y contenedora de antaño, ya no existe el mismo tipo de relación de tiempo atrás.
Ya no existe aquella familia tradicional y contenedora de antaño, ya no existe el mismo tipo de relación de tiempo atrás.
El matrimonio tradicional está en crisis.
Sabemos que "crisis" no significa otra cosa que "oportunidad". Oportunidad para modificar hábitos y prejuicios en aras de la nueva armonía social
Ha salido a la luz el creciente fenómeno de las familias ensambladas , donde los vínculos entre sus miembros difieren de los de la familia tradicional.
La convivencia es más difícil , más ardua, y debemos vivirla respetando el sagrado principio de la libertad.
En la libertad, riesgosa es cierto, esta la clave para asumir este cambio de mentalidad de los miembros de las estructuras familiares tradicionales para un nuevo mundo cambiante y en acelerada evolución.
La libre elección, la educación y la conciencia plena de la nueva realidad que enfrentamos, serán los elementos que nos van a permitir seguir ,sin perder pisada, el inexorable tren del progreso y la evolución.
La convivencia es más difícil , más ardua, y debemos vivirla respetando el sagrado principio de la libertad.
En la libertad, riesgosa es cierto, esta la clave para asumir este cambio de mentalidad de los miembros de las estructuras familiares tradicionales para un nuevo mundo cambiante y en acelerada evolución.
La libre elección, la educación y la conciencia plena de la nueva realidad que enfrentamos, serán los elementos que nos van a permitir seguir ,sin perder pisada, el inexorable tren del progreso y la evolución.
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Rodolfo
11-07